La estimulación sensorial es clave para el desarrollo integral de los niños, mejorando la percepción de estímulos y la atención. Fomenta la curiosidad y el interés por explorar el entorno, además de ayudar en la regulación emocional. También facilita el desarrollo de habilidades motoras a través de actividades sensoriales. En conjunto, promueve el bienestar y el aprendizaje efectivo.